viernes, 13 de febrero de 2009

El senil brazo de la ley

Dos hechos y dos errores del sistema de justicia Mexicano
El primer hecho tiene lugar hace unas semanas cuando 4 de los policías que fueron sentenciados por la muerte de 12 personas (11 de ellos jóvenes entre los 13 y los 28 años) en el antro New´s Divine, fueron liberados gracias a que el Juez en turno les reclasificó la pena y les ordenó pagar una fianza. Los acusados solo estuvieron en prisión siete meses.

El segundo hecho tienen lugar esta semana, cuando con artrítico y reumático brazo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación hizo patente su ambigüedad para identificar claros agravios a las garantías de la población en Atenco, repitiendo la fórmula aplicada en el caso de la periodista Lydia Cacho. Prácticamente desnudaron y vapulearon a la maltrecha Alegoría de la Justicia, cuando en lo tocante al tema de señalar funcionarios públicos como responsables, los Magistrados lo hicieron con la maestría de quien padece mal de Parkinson.

Ante tal situación concluyeron que las violaciones solo fueron cometidas por los cuerpos policíacos y los mandos inmediatos. Redondearon su actuación al afirmar que la lista de agresores y violadores no puede precisarse debido a que no es posible identificar con certeza a los responsables. ¡Pura llamarada de petate!

Ahora la Suprema Corte de Justicia piensa emitir recomendaciones a las entidades federativas para que no cometan más abusos como los perpetrados en Atenco, yo les recuerdo que ya existen organismos nacionales e internacionales de Derechos Humanos que cuentan con especialitas y criterios técnicos, pero sobre todo con sentido común para emitirlas, y que su función por el contrario, es la de impartir justicia con objetividad y apego a las leyes.

Quienes aplican la justicia en nuestros país, en su afán de proteger y blindar al estado mexicano en tiempos tan duros en donde su eficacia es puesta a prueba, no disciernen entre los verdaderos delincuentes de los que no lo son y solo contribuyen a un deterioro más rápido en la confianza y credibilidad de sus instituciones. Si no, pregúntenle a las familias de aquellos que resultaron violentados en ambos casos.

La responsabilidad de sucesos como estos traspasa a todos los niveles de mando, las acciones ejecutadas por los cuerpos policíacos son solo el reflejo de las políticas públicas y de la idea de cómo debe aplicarse la justicia del gobierno en turno.

En ambos casos los responsables fueron los cuerpos policíacos, en ambos casos las penas condenatorias serán prácticamente reclasificadas y con el cambio de funcionarios y la presión de altos mandos, todos estarán libres en un par de años.

Aquí es donde nos volvemos grises cómplices, donde nuestra memoria de corta duración nos ha enseñado a exigir una justicia inmediata sin sustento, un linchamiento expres, nos ha vuelto un pueblo que crítica con mano dura pero que después ni se acuerda que paso con los delincuentes y muchos menos tendrá tiempo o interés para darles seguimiento.

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