jueves, 23 de abril de 2009

Tod@s somos Jacinta

Indignación, impotencia, rabia... son algunos de los sentimientos que te provocan casos como el de Jacinta Francisco Marcial, mujer mazahua, vendedora de aguas frescas que fue detenida por agentes de la AFI, acusada de haber secuestrado a 6 agentes junto con otras dos vecinas. En realidad ellas resultaron ser los chivos expiatorios de una trifulca entre comerciantes ambulantes e integrantes de esa organización federal, y su único error fue encontrarse laborando o caminando por donde fue la bronca. Hasta la pregunta ofende pero, ¿es posible que tres mujeres desarmadas pudieran secuestrar a 6, ¡sí a 6! agentes entrenados en técnicas de combate y portando armas?

La condena dictada fue de 21 años de prisión después de haber pasado 3 más esperando sentencia. El de Jacinta es un ejemplo claro de cómo siguen existiendo casos impresionantes de impunidad, como los de las mujeres de Atenco o como el de un Ombudsman que sigue exigiendo responsables para el caso New´s Divine.

Hace unos meses el Juez que reviso el caso de Jacinta declaro incompatibilidad de declaraciones entre los agentes supuestamente secuestrados, pero la mayor de todas las fallas residió en que dicho Juez en vez de haber dictado nulidad a la sentencia, regresó el caso al mismo Juez que condenó a Jacinta desde un principio, ¡hágame usted el chi%&$# favor!... Las posibilidades para que un Juez cambie la sentencia sobre un mismo caso son remotas. Para variar los altos funcionarios no se pronuncian al respecto, algunos diputados han ido a visitar a Jacinta, supongo que más como un medio publicitario, porque hasta el momento no han resuelto absolutamente nada.

Este caso ha sido abordado por algun@s periodistas como Ricardo Rocha, Denise Merker o Carmen Aristegui y ha tenido un gran respaldo de las organizaciones de la sociedad civil, en especial del Centro de Derechos Humanos Agustín Pro, quienes asumieron la defensa legal; sin embargo, es necesario un pronunciamiento más fuerte al respecto, porque no es posible que se cometan atropellos de esa magnitud contra la ciudadanía que no la debe y ya la teme. Es sumamente trillado pero es una humillante realidad que en nuestro país las y los principales delincuentes sean ¡los indígenas, las mujeres y los pobres!

La campaña a favor de Jacinta dice: ¡Tú podrías ser Jacinta! y es cierto, Tú, Yo y cualquiera podemos caer en esa situación si no ponemos un alto. Tod@s somos Jacinta.

Un garbanzo de a libra que resultó gatopardo. La semana pasada hablaba de que la ley que criminaliza la interrupción legal del embarazo había sido echada para atrás en Quintana Roo; sin embargo, en un hecho lamentable esta semana se volvió a subir y fue aceptada. Tal parece que la diputada priísta que la impulsó cabildeo mal los votos la vez anterior pero ahora sí plancho a su antagonista, otra priísta. Es así como Quintana Roo se convierte en el octavo estado que da un paso atrás en el avance de las libertades individuales en nuestro país.

¡Y aguas! porque esta semana se subirá a discusión en ese mismo estado la Ley de sociedades en convivencia, pero como el mago Chen Kai “nadie sabe y nadie supo” como va la ley. Pero eso sí, mañana pretenden declarar en ese estado el día en contra de la homofobia y la discriminación, esperemos que al menos eso no lo rechacen los H. asambleístas.

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