El
cáncer se ha colocado como la tercera causa de muerte en México, sólo detrás de
enfermedades cardiovasculares como la diabetes. Durante 2015 la Secretaría de
Salud registró setenta y tres mil defunciones, de las cuales más de veinte mil
casos se relacionaron con tumores malignos en el aparato digestivo.
De
acuerdo con la Sociedad Americana contra el Cáncer, el cáncer gástrico en
Estados Unidos cobrará en 2016 alrededor de diez mil muertes y es la causa
principal de muerte en países en vías de
desarrollo por ser una enfermedad relacionada con marginalidad y acceso
deficiente a servicios básicos como el agua limpia, ya que es ahí donde se
reproduce la bacteria que lo provoca.
En
Mexico aún no es la causa principal, pero según Comunicación Social de la
Secretaría de Salud, es el tipo de cáncer que más ha crecido en los últimos 5
años.
El
cáncer gástrico en México ha tomado preponderancia por factores asociados a la
alimentación y la higiene, pero también por carecer de una política específica
para su prevención y atención.
A
principios de 2016 el Senado mexicano advirtió que ésta enfermedad se había
convertido en un problema público y exhortó a la Secretaría de Salud para
elaborar un protocolo de atención, ya que sin este, la asignación específica de
recursos sería complicada.
Para
cerrar este dato el Instituto Nacional de Cancerología (INCAN), tuvo un recorte
de 532 millones de pesos en la aprobación del Presupuesto de Egresos (PEF) para
2017.
En
entrevista y según el Dr. Juan Sánchez Barriga, experto oncologo de la
Asociación Mexicana de Gastroenterología, el cáncer gástrico ha ido en
incremento y su condición esta ligada a
variables específicas como “bajos niveles de educación, altos índices de
marginalidad que se relacionan con infraestrcutura defectuosa que no permite
contar con servicios básicos como agua limpia, que afecta especialmente a
población mayor de 70 años dedicada actividades rurales dado que hablamos de
zonas de alta marginación, especialmente en Chiapas donde se cuenta el mayor
número de casos”.
El
Dr. Sánchez Barriga realizó un estudio denominado “Tendencias de mortalidad y
años potenciales de vida perdidos por cáncer gástrico en México 2000-2012” en
el que se basa para realizar la aseveración anterior. Pero vale la pena
observar si para 2015 se sigue cumpliendo esta relación, no en función de los
casos registrados, sino del número de defunciones que presentan la Base de
Datos de la Secretaría de Salud.
La
hipótesis al analizar la base debería señalar si se cumple y en que medida o si
se desecha con la siguiente condición:
Una fuerte relación entre aquellos
estados donde se concentra el mayor número de casos de defunción por cáncer
gástrico y aquellos con bajo nivel educativo, altos índices de marginación, con mayor número de casos en el
grupo de edad de 70 a 100 años y una preponderancia en Chiapas respecto de
otras entidades.
En principio detectamos que todas
las enfermedades denominadas como “Tumores malignos” asociados a algún órgano
del aparato digestivo como estómago, colón, intestino grueso o delgado,
apéndice, bazo, paredes estomacales, entre otros, representan un total del 18,
646 casos para 2015. Esto descontando el número de personas cuyas edades, sexo
o estado de la Derechohabiencia, no fueron definidos o establecidos con
exactitud en la base de datos.
En las entidades
El primer aspecto de interés resulta
del número de defunciones por cáncer gástrico en cada entidad. Chiapas ocupa en
términos absolutos el quinto lugar con 820 casos, antecedido por Hidalgo,
Veracruz, Jaslico y la Ciudad de México en primer lugar.
Chiapas
es el estado con mayor analfabetismo, mayor dispersión poblacional solo por
debajo de Veracruz y más del 95% de su agricultura es de temporal, es decir, no
cuenta con infraestructura de riego.
Por ocupación
Los
datos de ésta dependencia señalan que las personas que no trabajan o no
realizan actividades económicas oficiales, representan más de la mitad de los
casos de defunción (57%), lo que puede estar asociado a personas jubiladas o
que realizan labores del hogar no remuneradas o informales.
En
segundo lugar se encuentran las personas dedicadas a actividades agrícolas,
ganaderas, forestales, de caza o pesca como las más propensas a desarrollarlo.
Cuando generamos una regresión para
esta variable, nos encontramos con que existe una relación donde el coeficiente
es negativo. Es decir, que por cada persona ocupada disminuyen las defunciones
por cáncer gástrico, en cuyo caso las personas que no trabajan y las que se
ocupan en labores rurales no son ni las de mayor, ni las de menor coeficiente.
Además de que solamente 0.0007 del cáncer gástrico puede estar explicado por la
ocupación.
De esta forma se puede indicar que
la ocupación no guarda una relación fuerte con los casos de cáncer gástrico.
La educación
Respecto de la educación, de acuerdo
con el estudio “Invertir
en Juventud” del Fondo de Población para la Naciones Unidas (UNFPA) publicado
en 2012, señala que para México son necesarios más de 11 años de estudios para
superar las probabilidades de caer en pobreza. Este hecho permite categorizar la
escolaridad entre quienes han estudiado menos de 11 años (bachillerato o
preparatoria trunca) y quienes tienen más de 11 años de estudios formales (bachillerato
o preparatoria terminada y más).
Por lo que respecta a esta variable
encontramos que en términos absolutos la población con menos de 11 años de
educación formal presenta el mayor número de casos. Cuando generamos la
regresión, 0.00014 del cáncer gástrico puede estar explicado por la
escolaridad.
Sin embargo, al generar la regresión
con una variable dicotómica (menos de 11 años/ más de 11 años de eduación), en
el caso de la escolaridad menor a 11 años, queda determinada como error
standard y en cambio a mayor escolaridad formal se observa una relación
positiva donde por cada año de escolaridad aumenta en 0.19 las defunciones por
cáncer gástrico.
La marginalidad
El mayor número de defunciones en
términos absolutos no se ubica en los municipios más pobres, sino en los de
“Muy baja” marginalidad. Dato que contrasta directamente con la aseveración del
Dr. Sánchez Barriga.
Por edad
A diferencia de lo que el estudio
del Dr. Sámchez barriga arroja, no es la población mayor de 70 años la que en
2015 falleció en mayor número y al generar la regresión lineal observamos que
la población entre los 30 y 69 años de edad es la que presenta la relación más
fuerte, donde por cada individuo en este rango de edad, la defunciones
aumentaron 0.44.
Por último, contrastamos en una
regresión lineal las variables señaladas para identificar la relación que guardan:
Se observa que la escolaridad es la
variable que guarda mayor relación seguida por la ocupación la edad y el lugar
de residencia.
En conclusión, para 2015 respecto
del número de defunciones causadas por cáncer gástrico observa diferencias con la
investigación del Dr. Sánchez Barriga.
En primer lugar Chiapas sí guarda
una relación fuerte en comparación con lo demás estados que presentaron casos.
Pero no parecen ser las condiciones de marginalidad o analfabetismo las que
determinen las defunciones.
Por un lado se observa una relación
positiva en la mayor escolaridad y menor grado de marginalidad. Podría decirse
que no están muriendo principalmente las personas del campo más pobres.
Por otro la ocupación guarda una
relación negativa y en el caso de la edad, ya no son las personas mayores de 70
años las que están falleciendo más por esta causa. Esto puede hablar de nuevos
habitos entre la gente ocupada que en su mayoría se encuentran en su punto más
alto de productividad (adultos y adultos recién entrados a la tercera edad).
Estos elementos permiten construir
nuevas hipótesis sobre la relación de fallecimientos y la nueva caracterización de estos.
Referencias.
Base
de Datos, Defunciones 2015, Secretaría de Salud.
Indice
de Marginalidad Municipal 1990-2015, Consejo Nacional de Población, CONAPO.
“Invertir
en Juventud 2011”, Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).
Sánchez
Barriga, J.J., “Tendencias de mortalidad y años potenciales de vida perdidos
por cáncer gástrico en México 2000-2012”, Revista Mexicana de
Gastroenterología, Número 81 Vol. 2, Abril - Junio 2016. En línea: http://www.revistagastroenterologiamexico.org/es/tendencias-mortalidad-anos-potenciales-vida/articulo/S0375090616000094/