miércoles, 9 de noviembre de 2011

Bienestar social

Les comparto mi participación en las mesas que organiza la Fundación Equidad y Progreso, el tema: Bienestar Social (3/11/11)

¿Por qué las/os jóvenes como eje transversal de una nueva propuesta de gobierno?

México experimenta un fenómeno demográfico en donde el grupo de edad ubicado entre los 14 y 29 años representará en breve, la franja más gruesa de población, actualmente hablamos de poco más de 31 millones de personas. A partir de 2012 comenzarán a invertirse los valores de la pirámide poblacional y de acuerdo con el Fondo de Población de Naciones Unidas, en países donde el grueso de la población tiene un “ingreso mediano y mediano bajo”, como el nuestro, el periodo de tiempo que tiene esta población joven para impulsar un desarrollo efectivo del país, es de sólo dos decenios antes de convertirse en una población madura. La recomendación obligada, urgir a gobiernos e iniciativa privada para preparar adecuadamente a jóvenes que puedan asumir papeles productivos y a la creación inmediata de más empleos.

Las y los jóvenes en México representan en estos momentos una simbiosis entre la esperanza y la tragedia, que lo mismo identifica expectativas o bien frustración y olvido, pues este sector ha padecido la ausencia de políticas públicas relevantes que impacten de manera sustancial su calidad de vida en los últimos sexenios y al mismo tiempo han sido los principales afectados de fenómenos como la violencia exacerbada, la migración, el desempleo, la deserción escolar o problemas de salud pública como el incremento de embarazos no planeados y la obesidad.

De no impulsar un proyecto de largo aliento que aproveche de manera óptima este fenómeno poblacional, podríamos estar hablando de generaciones perdidas y un atraso sin precedentes como país. Por lo tanto, “las y los jóvenes” deben dejar de ser un tema adyacente confinado a tópicos secundarios en nuestro panorama.

¿Qué es lo que las y los jóvenes entienden por bienestar social?

Condiciones justas que permiten cubrir las necesidades básicas para un desarrollo integral, por lo tanto, la desigualdad se vuelve el obstáculo principal a superar. México es junto con Chile, unos de los 2 países más desiguales de América Latina, con la salvedad de que Chile tiene 1/5 parte de nuestra población total.

Aunado a lo anterior hay que decir que la desigualdad en nuestro país, es un problema multifactorial:

Por un lado experimentamos el crecimiento del número personas en situación de pobreza abarcando a poco más del 46% de la población total, con 12 millones en pobreza extrema, de los cuales 3 millones son indígenas.

Como carencias estructurales tenemos a 23 millones de personas que sufren rezago educativo, 35 millones carecen de acceso a servicios de salud, 68 millones carecen de acceso a la seguridad social, 18 millones tienen carencia de acceso a servicios básicos de vivienda y 28 millones carecen de acceso a la alimentación. (CONEVAL 2010)

Al mismo tiempo, la sociedad mexicana expresa su desigualdad mediante la discriminación, la intolerancia y la apatía. Resultados como los que arroja la última encuesta nacional de discriminación (ENADIS 2010) lo demuestran claramente.

Interesante es que una buena parte de la población cree que los jóvenes no estudian ni trabajan porque no quieren hacerlo y sólo una minoría piensan que es porque no pueden (18%), aunado a que cada vez más, las formas autoritarias se vuelven una opción viable como estilo para gobernar a una sociedad, ya que sólo 4 de cada diez jóvenes creen en la democracia y 44.9% consideran que se debe castigar a una mujer por abortar sin importar las causas, estos son algunos ejemplos.

Para abonar, la percepción de cooperación es cada vez menos evidente ya que 86% de las y los mexicanos sólo tienen aspiraciones individuales y no colectivas, el nivel de confianza como comunidad es de los más bajos, ya que el 81% piensa que antes que el país esta la familia y creen que esta se ha vuelto la única trinchera segura frente a la situación actual. (Revista Nexos. El Mexicano ahorita: Retrato de un liberal salvaje. Febrero 2011)

Todos estos y otros elementos retratan la desigualdad como uno de los factores más importantes que impiden el bienestar social.

Este gran problema tendría que ser abordado desde dos puntos, la Movilidad Social y la Equidad Social.

Movilidad Social

La facilidad con que se puede subir o bajar de estrato socioeconómico se ha perdido en México, especialmente entre los más bajos, hay estudios que indican que la pobreza en México es hereditaria, ¾ partes de la población cuyos padres pertenecen al quintil más pobre, al crecer continúan en ese grupo poblacional. (Encuesta ESRU de Movilidad Social)

Brasil logró en una década, aumentar la franja de clase media consolidada a 53% mediante 4 cosas básicas: aumento real del salario mínimo, reducción de precios de los bienes durables, acceso a créditos con intereses menores y un reordenamiento de sus programas sociales. (Encuesta Observador Brasil 2011)

Una manera efectiva que recomiendan los organismos internacionales para romper con la transmisión generacional de pobreza que impide la movilidad social, es mediante las inversiones en educación, salud y empleo para jóvenes. Se crean bases sólidas pues el capital humano formado en la adolescencia, es un factor determinante para el desarrollo a largo plazo de las naciones.

Cuando los jóvenes permanecen detenidos, la inactividad genera un costo por la pérdida de producción, este es un factor que desafortunadamente el crimen organizado ha utilizado a su favor en nuestro país, incorporando a jóvenes sin opción a sus filas.

Hay que resaltar otro elemento importante que es la expectativa. El 81% de la población mexicana dice sentirse parte de la clase media, aunque sólo 3 de cada 10 se encuentran en esa condición social, lo importante aquí es fortalecer ese escenario para que no se trate sólo de una expectativa falsa, si no que las percepciones se vuelvan reales, pues la movilidad permite progresar, liberar presión social y por lo tanto evita la inestabilidad, es además este grupo poblacional el que se siente más generador de cambios a nivel político, social y económico, porque piensa que sus decisiones afectan a sus gobiernos. (Estudio realizado por De la Riva Group)

Por último, hay que poner mucha atención entre lo que significa movilidad social y movilidad espacial, ya que esta relacionado con las expectativas de bienestar entre el lugar que se habita o que se pretende habitar. En una país donde hay una acentuada dispersión de pequeñas localidades (menos de 2500 habitantes), resulta fundamental entender el papel de crecimiento de las ciudades intermedias, la fundación de nuevas ciudades; así como la nueva dinámica que existe en la relación campo-ciudad que las y los jóvenes le imprimen, ya que son ellas y ellos los principales portadores de conocimiento y nuevos recursos, al tiempo que son los primeros en migrar, ya que es justo ahí donde están haciendo falta las políticas de crecimiento en infraestructura y servicios.

Equidad Social

El otro enfoque fundamental para abatir la desigualdad, tiene que ver con un nuevo acuerdo sobre la equidad en nuestro país. Por un lado implica el reconocimiento real de las condiciones que gozan las personas, mujeres y hombres, en especial jóvenes, para tener las mismas oportunidades y ser gratificados de la misma manera.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha sentenciado recientemente: “hay un inmenso desperdicio del potencial productivo de las mujeres jóvenes", no obstante que se han acortado las brechas de género en cuanto a fuerza laboral de las y los jóvenes en América Latina, siguen existiendo fuertes pisos de inequidad.

Son más las mujeres jóvenes que no estudian ni trabajan 54%[2], son las mujeres jóvenes las que más mueren por causa de embarazos, partos y abortos, las que más violencia sufren, las que menos oportunidades de crecimiento tienen al desarrollar trabajos no remunerados, las que afrontan los embarazos no planeados, las que reciben un ingreso menor al de un hombre en el mismo puesto.

Al mismo tiempo son las que más se gradúan de niveles superiores en nuestro país, las que conforman con mayor éxito pequeñas y medianas empresas (47% son mujeres), las que mejor resisten las crisis económicas aunque sean despedidas en mayor porcentaje, las que más destacan en justas deportivas.

En pocas palabras, un desperdicio si no se logran tener las mismas oportunidades.

Por otro lado, la equidad social implica un compromiso real por redistribuir el gasto público, fijar las prioridades en temas de desarrollo humano como alimentación, salud y educación con una visión transexenal, preservando y ampliando los programas en donde se han arrojado buenos resultados y reforzando donde esta prácticas aún no llegan o no se han medido con claridad sus resultados, especialmente a niveles municipales y de las localidades. Focalizar los subsidios, generar mecanismos eficientes para la rendición de cuentas es fundamental si queremos redirigir el gasto a donde hace más falta.

Estudios como el Informe de Desarrollo Humano del PNUD, lo señalan con mucha claridad, en México gastar más no significa tener mejores resultados. Aquí sin duda se trata de revisar los incentivos y exigir cuentas a los tomadores de decisiones que terminan pronunciándose por gastar más en donde no se observan resultados favorables, como la ampliación al presupuesto de la SEDENA y la reducción a la lucha por abatir la mortalidad materna. ¿Cuáles son los incentivos que les hacen tomar decisiones tan poco humanitarias?

¿Cuáles son sus necesidades básicas y qué políticas debe implementar el estado para garantizar su cumplimiento?

Sintetizando, sin un afán reduccionista, enlistaría algunas propuestas:

Redistribuir del gasto con un enfoque de equidad social

Generar mecanismos eficientes para la rendición de cuentas a nivel de las entidades.

Enfocar los programas y subsidios a grupos estratégicos de la población.

Hacer cumplir los acuerdos, tratados y normas que promueven un piso común entre mujeres y hombres. Sensibilizar mediante campañas nacionales.

Romper el monopolio de la educación

Ampliar los programas que incentivan la educación como parte de un derecho (Prepa Sí)

Hacer obligatorio el bachillerato (lo que implica ampliar 1.1 millones de plazas de acuerdo con el Panorama Educativo en México).

Ampliar la infraestructura del nivel superior.

Acortar la brecha digital, utilizando las nuevas tecnologías y la infraestructura existente (CFE), como una manera efectiva de hacer llegar los programas a un país que se encuentra fragmentado en pequeñas localidades.

Estudiar las posibilidades de una renta básica para jóvenes (16 a 24 años)

Para abatir la desigualdad y asegurar el ingreso hasta el termino del nivel superior. Esto implica replantear la propuesta presentada en algún momento por el PRD, se tendrían que eliminar otros subsidios dirigidos al mismo sector de la población y ampliar el gasto otorgado a Desarrollo Social mediante una nueva propuesta de recaudación.

Lo interesante de una propuesta de ingresos ciudadano, es que puede replantear el uso de diversos subsidios que hoy son poco transparentes, están mal focalizados, generan incentivos perversos y clientelas al poder.

Una nueva relación con el campo

Fortalecer la infraestructura y servicios a ciudades y zonas de población cuyo destino es la migración joven.

Generar una nueva reforma del campo que inserte a las mujeres y jóvenes como titulares de derechos de la tierra.