viernes, 21 de mayo de 2010

Las Estrellas del Bicentenario (2)

Pueblo en vilo


Dos semanas después del ataque ocurrido a la Caravana de Apoyo Humanitario Internacional para San Juan Copala, Felipe Calderón mencionó por primera vez en su gira por Europa el problema y se comprometió a esclarecer la muerte del activista Finés ante su par europea, pero no, a resolver la situación en Oaxaca. Aquí en México, ni él ni los medios masivos de comunicación han mencionado una sola palabra del hecho.

Dos horas después de conocerse la desaparición con presumible violencia del polémico excandidato presidencial Diego Fernández de Cevallos en su rancho de Querétaro, Felipe Calderón se pronunció y a través de diversos voceros del gobierno se comprometió a resolver el “lamentable hecho” incluyendo la formación de una comisión especial para resolver el caso. El despliegue de “inteligencia” policiaca en la región fue total.

Aquí en México todos los medios de comunicación masiva se volcaron en un primer momento a noticias que iban desde la especulación hasta el homenaje y después, un vilo.

El lamentable hecho de violencia contra los líderes y activistas que viajaban en la caravana sirvió para que más gente, además de las redes de defensores de derechos humanos, conociera lo que sucede en aquella región y que seguramente no es un hecho aislado ya se replica con cierta frecuencia en otras latitudes del país. Los Triquis que han pretendido volverse autónomos, ahora son cazados por francotiradores que presumiblemente pertenecen a grupos paramilitares que funcionan bajo el auspicio del gobierno del Ulises Ruíz. Las escenas de un video que circula en las páginas de la revista Contralínea (www.contralinea.com.mx) elaborado por líderes de aquella comunidad muestran a un pueblo sitiado, vulnerado y en vilo.

El lamentable hecho de violencia contra Diego Fernández de Cevallos dejó expuesto al gobierno de Felipe Calderón, le mandó un mensaje a toda la clase política y en especial aquellos que se sentían intocables, que a menos que se encuentren protegidos por el narco, debieron sentirse vulnerables. Sea cual sea el móvil de la violencia contra el personaje en cuestión, ya no hay nadie en éste país que no sea tocado por la violencia.

Ambos hechos vulneran por igual al Estado mexicano, ambos reflejan la descomposición social y muestran el camino de la transición fallida a un lugar peor de las cosas. Nunca peor que cuando estaba el PRI, pero peor en otras circunstancias. Ambos hechos violentos merecían la misma atención…

El punto de ruptura entre ambos sucesos es la desigualdad agravada que sigue y seguirá existiendo en éste país. La respuesta del gobierno para Copala no ha llegado y quizá nunca llegué, aún cuando se de el ansiado cambio de gobierno. La respuesta para Fernández de Cevallos fue inmediata y masiva.

El hecho de que en México sigan existiendo ciudadanos de primera y de segunda se traduce en crispación para una parte de la sociedad que es cada vez menos tolerante ante la ineptitud de sus dirigentes.

Los Triquis que se encuentran en el Zócalo capitalino denunciando el hecho, están recolectando maíz y otros víveres para lo que pretende ser una nueva Caravana de ayuda.

Si es posible ayudarles, ¡hagámoslo!

No permitamos que esto se repita una y otra vez.