jueves, 27 de agosto de 2009

Todo a medias, todo a medias…

Cual hábil peluquero de paisaje, Sweeny Carstens ha recortado, casqueteado y hasta rapado el presupuesto de las dependencias que se le han puesto en frente.
Está sesuda y seguro bien analizada propuesta no sólo paralizará aún más a aquellas dependencias que de facto siempre son castigadas con menos presupuesto del programado como Cultura, Ciencia o Desarrollo Ambiental, sino que mete en serios aprietos a sectores tan importantes como el de las universidades e instituciones de nivel superior, en donde el 1% menos de su presupuesto puede significar una baja importante en los servicios que se otorgan al de por sí ya reducido grupo de estudiantes que logra entrar y que sólo este año tiene fuera de sus aulas a 7.5 millones de jóvenes en edad de cursar estudios superiores.

Si este peluquero de las finanzas hiciera su labor de una manera más respetable, en vez de dejar a medias el presupuesto de las Secretarías, hubiera eliminado de una buena vez a aquellas dependencias que llevan años devorando presupuesto sin entregar resultados efectivos, sino pregúntenle a las dependencias que manejan los programas sociales más grandes como Oportunidades o Procampo. De lo anterior no nos sorprenda que el pretexto más recurrente de la burocracia en los próximos años sea justamente ese recorte que más que eso es una vil tusada al presupuesto. Por eso se caen tan seguido los puentes en Veracruz… porque solo les echan la mitad de la mezcla.

Otro tipo de tusada que más bien será un corte de pescuezo, es el que Beltrones plantea con la desaparición de la Secretaría de la Función Pública, cuyas atribuciones irán a parar a algún órgano de la Auditoría Superior de la Federación. Buena estrategia ahora que dentro de unos días el PRI pondrá en acción su alarmante, perdón, su flamante mayoría, pues uno de los principales problemas que presenta éste órgano de transparencia y rendición de cuentas, es la lentitud con que entrega resultados. El ejemplo más claro es la Cuenta Pública 2007 que fue presentada a mediados de 2009, los resultados a su vez fueron a parar a una Comisión revisora integrada por Diputados y Senadores y que dada sus atribuciones puede solicitar aclaraciones al ejercicio, lo que en la mayoría de los casos ha servido como arma política. Tal y como sucedió en las elecciones pasada en donde la Cuenta Pública sirvió para ventilar los manejos de Fox, lo que al final no tuvo consecuencias legales en la persona del expresidente ahora astrólogo (como siempre), pero si le sumó al tricolor algunos puntos porcentuales en la elección. Al final las repercusiones de una mala administración jamás se verán reflejadas en los informes de esta comisión y menos cuando se trate de gobiernos aliados, como cuentan por ahí que decía Don Porfirio: “para mis amigos justicia y misericordia, para lo que no son amigos, justicia a secas”.