jueves, 2 de julio de 2009

Las elecciones que van

Las campañas políticas terminan como empezaron, en la incertidumbre provocada por dos sucesos: la parálisis en la que nos metió la influenza humana y en las últimas semanas la temblorina de piernas que sintieron la clase política y el IFE por el crecimiento en las encuestas del movimiento anulacionista y el elevado abstencionismo.

Aunque lo hayan denostado, todos los partidos dedicaron algunos de sus spots a contrarrestar al movimiento y llamaron a la no abstención (cosa habitual), el IFE por su parte hizo un esfuerzo por ganar un poquito de la confianza perdida y generó un espacio en el que se pudo hablar de lo que es el fenómeno social del voto nulo.
Lo que queda en el aire a 3 días de la jornada, es el aroma a coladera destapada que puede influir en los olfatos de l@s electores. Esos aromas son los hechos innegables y los datos duros:

la dolorosa e indignante muerte de 48 bebés en el incendio de una bodega propiedad del gobernador de Sonora, que administraban familiares y amigos de funcionarios federales y estatales;

una izquierda partidista que se cae a pedazos porque no sabe resolver sus diferencias y va arrojando sus restos para deleite de los buitres;

un dinosaurio con cara de junior que pretende ser resucitado mediante el pacto con el clero más retrograda y los monopolios más añejos del país;

el retroceso de los derechos de las mujeres en materia sexual y reproductiva;

el nulo interés del sistema político por brindar mecanismos de participación directa a la ciudadanía;

tres dirigentes políticos que cuando debaten recuerdan a los tres chiflados;

una crisis económica que de gripita paso a pulmonía y ahora se ha convertido en charco (por aquello de las lluvias y los baches);

un presidente que queriendo emular a su antecesor especula sobre las muertes de famosos de la farándula;

un empresario que busca apoyo para su candidatura mediante la promoción de los intereses de las televisoras;

el nacimiento del primer movimiento político en México por Internet;

el uso masivo de la red para la promoción de spots partidistas (más de 1800 diferentes y contando);

los descalabros de la selección mexicana que pese a todo tendrán gran raiting de los abstencionistas el próximo domingo.

Un sin fin de sucesos a favor y en contra que se ven reflejados en las últimas encuestas que indican un abstencionismo de entre el 60 y 70 por ciento, el crecimiento del voto nulo a un estimado de 5%, la pelea amarrada entre las bases que reciben los beneficios de los programas sociales del PAN y el PRI, la pérdida de 15 puntos en menos de tres años por parte del PRD, el crecimiento del PT con el apoyo de AMLO, el tristemente vivo y nefasto Partido Verde, la timorata y poco propositiva permanencia de Convergencia y Nueva Alianza.

Por último les comento que me genera una sonrisa que no puedo disimular, el intercambio de ideas que se ha generado entre los viejos conocidos y que me permite señalar con certeza que en lo que coincidimos ampliamente anulistas y no anulistas, independientes y partidistas, es en el tan esperado entierro (no del Rey del Pop) sino del partido socialdemócrata (PSD), antes partido alternativa socialdemócrata (PAS), antes partido alternativa socialdemócrata y campesina (PASC) y mucho antes alianza socialdemócrata campesina y popular (ASCyP).

A ese muerto tengan por seguro que nadie le llorará, nosotr@s celebraremos su próxima extinción y aquellos que podrían llorarle ni flores le llevarán pues a estas alturas ya han vaciado las cuentas y ni para los Klennex habrán dejado.