lunes, 27 de abril de 2009

Por qué me ven así? si sólo fue un estornudo...

En una nota del diario el País...

El miedo aterriza en México
Autoridades sopesan la posibilidad de paralizar la ciudad, incluidos el metro, los autobuses y el aeropuerto
La ciudad de México está en silencio, escuchándose a sí misma, sintiendo el ritmo de su respiración bajo los trozos de tela azul. A esta ciudad, que no se amilana ante nada y ante nadie, se le está empezando a notar el miedo en los ojos. Sólo en los ojos. Porque la sonrisa, que es su orgullo y su reclamo turístico, hace dos días que quedó sepultada bajo unas mascarillas que ya usan casi todos, desde los guardias de tráfico hasta los incombustibles mariachis nocturnos de la plaza de Garibaldi.
El miedo va aumentando conforme la cifra de muertos sube -la última oficial es de 103-, pero también a medida que los mexicanos van viendo en televisión que el mundo entero anda preocupado por lo que está sucediendo aquí, por la propagación del maldito virus de la influenza porcina.
Los mexicanos -lo dicen las encuestas y lo puede atestiguar cualquiera que salga a la calle- tienen una desconfianza congénita ante la información oficial. No es culpa del Gobierno actual. O no sólo. Pero lo cierto es que, durante los primeros momentos, el anuncio del brote fue puesto en cuarentena por buena parte de la población. El viernes, sólo unas horas después de que la palabra influenza [gripe en inglés] llegara para quedarse, la gente siguió haciendo su vida como si tal cosa.
Pero ayer, ya no. El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, no era capaz de disimular su preocupación. Informó de que en las últimas horas se habían producido cinco muertes más en distintos hospitales de la ciudad. Y de que, del 1 al 10, el estado de alerta ya estaba situado en el número 8. Y eso fue por la mañana...
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/miedo/aterriza/Mexico/elpepisoc/20090427elpepisoc_6/Tes?print=1

jueves, 23 de abril de 2009

Tod@s somos Jacinta

Indignación, impotencia, rabia... son algunos de los sentimientos que te provocan casos como el de Jacinta Francisco Marcial, mujer mazahua, vendedora de aguas frescas que fue detenida por agentes de la AFI, acusada de haber secuestrado a 6 agentes junto con otras dos vecinas. En realidad ellas resultaron ser los chivos expiatorios de una trifulca entre comerciantes ambulantes e integrantes de esa organización federal, y su único error fue encontrarse laborando o caminando por donde fue la bronca. Hasta la pregunta ofende pero, ¿es posible que tres mujeres desarmadas pudieran secuestrar a 6, ¡sí a 6! agentes entrenados en técnicas de combate y portando armas?

La condena dictada fue de 21 años de prisión después de haber pasado 3 más esperando sentencia. El de Jacinta es un ejemplo claro de cómo siguen existiendo casos impresionantes de impunidad, como los de las mujeres de Atenco o como el de un Ombudsman que sigue exigiendo responsables para el caso New´s Divine.

Hace unos meses el Juez que reviso el caso de Jacinta declaro incompatibilidad de declaraciones entre los agentes supuestamente secuestrados, pero la mayor de todas las fallas residió en que dicho Juez en vez de haber dictado nulidad a la sentencia, regresó el caso al mismo Juez que condenó a Jacinta desde un principio, ¡hágame usted el chi%&$# favor!... Las posibilidades para que un Juez cambie la sentencia sobre un mismo caso son remotas. Para variar los altos funcionarios no se pronuncian al respecto, algunos diputados han ido a visitar a Jacinta, supongo que más como un medio publicitario, porque hasta el momento no han resuelto absolutamente nada.

Este caso ha sido abordado por algun@s periodistas como Ricardo Rocha, Denise Merker o Carmen Aristegui y ha tenido un gran respaldo de las organizaciones de la sociedad civil, en especial del Centro de Derechos Humanos Agustín Pro, quienes asumieron la defensa legal; sin embargo, es necesario un pronunciamiento más fuerte al respecto, porque no es posible que se cometan atropellos de esa magnitud contra la ciudadanía que no la debe y ya la teme. Es sumamente trillado pero es una humillante realidad que en nuestro país las y los principales delincuentes sean ¡los indígenas, las mujeres y los pobres!

La campaña a favor de Jacinta dice: ¡Tú podrías ser Jacinta! y es cierto, Tú, Yo y cualquiera podemos caer en esa situación si no ponemos un alto. Tod@s somos Jacinta.

Un garbanzo de a libra que resultó gatopardo. La semana pasada hablaba de que la ley que criminaliza la interrupción legal del embarazo había sido echada para atrás en Quintana Roo; sin embargo, en un hecho lamentable esta semana se volvió a subir y fue aceptada. Tal parece que la diputada priísta que la impulsó cabildeo mal los votos la vez anterior pero ahora sí plancho a su antagonista, otra priísta. Es así como Quintana Roo se convierte en el octavo estado que da un paso atrás en el avance de las libertades individuales en nuestro país.

¡Y aguas! porque esta semana se subirá a discusión en ese mismo estado la Ley de sociedades en convivencia, pero como el mago Chen Kai “nadie sabe y nadie supo” como va la ley. Pero eso sí, mañana pretenden declarar en ese estado el día en contra de la homofobia y la discriminación, esperemos que al menos eso no lo rechacen los H. asambleístas.

lunes, 20 de abril de 2009

Entiendan, entiendan!!!!



Yo no voy a llorar como el compa de aquí arriba, pero por lo menos dice algo sensato y creo que es sincero...

Yo si votaba por él para diputado de mi distrito!!!

Garbanzos de a libra

El viernes de la semana pasada sucedieron dos cosas que permiten verificar que todavía en algunas instancias del gobierno mexicano se respetan las libertades individuales y en específico los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Y es que la Ley que criminaliza la interrupción legal del embarazo, misma que penosamente ha sido aprobada en siete estados de la República, hoy fue impulsada por el PRI y pretendía ser aprobada en Quintana Roo, pero en un golpe de sentido común y no sólo de afanes electoreros, fue rechazada y regresada a Comisiones por legisladoras pertenecientes al Partido Verde, Nueva Alianza, y al mismo PRI, que han sido Partidos impulsores de esta ley en los estados antes mencionados.

No todo está dicho, sin embargo un viso importante de que esta Ley carece de apoyo en ese estado, es que entre las mismas legisladoras del PRI existen diferencias importantes que van más allá de un problema de bancada y que centran la discusión en fundamentos jurídicos por encima de preceptos morales que de ser aprobados podrían afectar irreversiblemente al estado que tiene el mayor número de embarazos adolescentes no deseados, además de alarmantes casos de explotación sexual de niñas.

El segundo motivo obedece a que por fin, después de un retraso de cientos de días para su publicación y aún con cambios que la “maquillaron”, fue publicada la Norma Oficial Mexicana NOM-046 en el Diario Oficial de la Federación, que garantiza a las víctimas de violencia sexual a recibir tratamiento psicológico, jurídico e interrupción legal del embarazo, obligando al Estado a brindar estos servicios, con la penosa mancha que representan las 7 entidades federativas que reformaron su Constitución local omitiendo esta norma.

Si acciones como estas sucedieran con mayor frecuencia dentro del ámbito político de nuestro país, me cae que todos diríamos “Yes, we can”, retomando la Campaña de Obama, el día en que Calderón le dio la bienvenida a México.

No es obsesión, sólo agotemos el tema...

El fin de semana fue realmente prolífico para aquellos articulistas que decidieron abonar aún más en torno a la discusión sobre el voto de castigo, al abstencionismo, al voto blanco o nulo para las próximas elecciones.

No es una obsesión para mí este tema, solo creo que debemos agotar la discusión, leamos todos los argumentos y entonces decidamos con más claridad, pero sobre todo con menos culpa. Votar o no votar concientemente, es liberarse.

Lo cierto e innegable es que ya se movió algo en las entrañas y neuronas de estos hombres que tiene la oportunidad de plasmar sus ideas en un papel, ahora me imagino lo que debe estar sucediendo en la mente de cientos de miles (ojalá millones)que no pueden plasmarlo, pero que como yo están tomando una decisión de cara al 5 de julio, una decisión que va más allá de votar por el menos peor.

Como dice el Comandante Andrés: ¡Defiende el voto, vota nulo!
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Mario Campos se pregunta si tiene sentido votar:

"La solución a la pregunta que provoca este texto no es sencilla ni tiene conclusiones irrefutables. Para algunos la respuesta es sí; opinión de quienes ven en el abstencionismo una postura política, un pronunciamiento de rechazo a la oferta electoral que se le pone enfrente; una manera de estimular el cambio mediante la descalificación de los jugadores del momento. Para otros, la respuesta es no; negarse a votar es renunciar al ejercicio de la política, dejar a otros las decisiones que a todos afectan; una expresión de cinismo que poco aporta a la transformación de lo que se pretende cambiar.
Me parece que la respuesta habría que encontrarla a medio camino entre esas dos posturas, en un modelo que permita hacer del abstencionismo un mecanismo de expresión." http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/43713.html


Cesar Cansino alude al voto de castigo:

"Así como no hay una regla que explique puntualmente las variaciones en el comportamiento electoral de una elección a otra, tampoco el abstencionismo es sinónimo de una pobre o escasa cultura democrática, sino de una ponderación más o menos razonada de la mayor o menor utilidad del voto.
El argumento aplica perfectamente para el caso de México que, no obstante ser una democracia joven, ha mostrado patrones de comportamiento irregulares, desde la afluencia masiva a las urnas, sobre todo en algunas elecciones presidenciales decisivas, hasta de marcado abstencionismo, sobre todo en elecciones federales intermedias y en muchas locales.
Y si bien, por lo mismo, no se puede establecer una tendencia neta sobre el comportamiento electoral dominante en el país, una cosa parece cierta: los mexicanos se preocupan y se ocupan cada vez menos de ir a votar." http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/43722.html


El Doctor J.J. Romero nos evoca cuando el voto nulo era un movimiento serio en México:

"Hacía muchos años que no oía de campañas por la abstención o por el voto nulo. Desde que tengo memoria, el llamado organizado por la abstención más importante, todavía en los años del dominio total del PRI sobre el arreglo político, fue el del Partido Comunista en 1970. Los comunistas —que siempre habían llamado a votar por sus candidatos, aun cuando no eran reconocidos sus votos por no tener registro— en 1970 llamaron a la abstención activa. Se trataba de una protesta por la cerrazón del régimen y por la represión de 1968. Sin embargo, en 1976 el voto por el candidato del Partido Comunista, Valentín Campa, no computado oficialmente pero calculado por la Secretaría de Gobernación, fue un ariete para romper los cerrojos del sistema electoral protegido y provocar la reforma política de 1977."
http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/43723.html


Jorge Camil de plano se sincera y de paso lanza la pregunta ¿Usted piensa votar?:

"Yo, por lo pronto, me resisto a votar en julio por cualquier partido principal cuyos dirigentes suscriban alianzas con los partidos confeti. ¿Votar para perpetuar el redituable negocio personal de la familia del niño verde? ¿Votar por cualquier alianza con la que la señora Gordillo perpetúe su inusitado control tripartidista? (A propósito de la mujer a quien dos de sus biógrafos bautizaron como doña Perpetua, hay que leer la magnífica descripción que hace Luis Hernández Navarro (La Jornada8/7/08) sobre las tácticas sindicales y políticas de la maestra, a quien él llama atinadamente Elba forever.) ¡Por favor!, no quiero saber a quién beneficie o perjudique mi abstinencia. Este 5 de julio déjenme en paz. Me quedo en casa ajeno a los chantajes del voto útil y delvoto de castigo; ajeno a las obligaciones cívicas de un país que no ha encontrado la democracia y está perdiendo el rumbo."
http://www.jornada.unam.mx/2009/04/17/index.php?section=opinion&article=026a2pol


Por último un texto en contra del abstencionismo y del voto nulo, que a pesar de tener las mejores argumentaciones que he leído sobre porque Sí votar, me ha convencido más sobre porque No votar y anular la boleta.

Onésimo Flores Dewey alienta a un debate liberador de la conciencia:

"Digámoslo como es: anular nuestro voto no es sino una opción de bajo costo para sentir que estamos colaborando sin comprometernos con algo en concreto.
Preocupa que los ciudadanos estemos dispuestos a reducir el margen de maniobra de este gobierno, sobre todo cuando lo hacemos sólo para reiterar un difuso mensaje de insatisfacción. Es cierto que hay elementos corruptos y cínicos dentro del sistema. Pero también hay mexicanos honestos y comprometidos que están poniendo su vida en la raya. La abstención masiva los descalifica a todos por igual, y hace más difícil su trabajo. Y seamos honestos: si estamos perdiendo la guerra contra el crimen no ha sido por falta de atención al tema.
Anular el voto no resuelve interrogantes ni compromete a los legisladores. Si un candidato apoya la pena de muerte y otro se opone, ¿cuál es el mandato del ganador en el Congreso si una parte significativa del padrón se abstiene? Visto así, nuestra abstención oscurece las preferencias. El diputado electo podrá interpretar el no voto como mejor le convenga y no habrá elementos para contradecirlo.
Habrá quien diga que los políticos necesitan un escarmiento porque siempre prometen y nunca cumplen. Sin embargo, hay diferentes maneras de decir ya basta, y dejar de votar será contraproducente. ¿Qué pasa cuando los ciudadanos más comprometidos y más independientes se concentran en disuadir el análisis de las alternativas? ¿Qué pasa cuando en lugar de construir un nuevo partido, o de tomar por asalto los que existen, o de exigirle a los partidos estrategias concretas de solución, los ciudadanos nos sentimos satisfechos anulando nuestro voto? Como en el Maratón, gana la ignorancia."http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/43725.html

domingo, 19 de abril de 2009

Andrés Lajous con el voto nulo

El día de hoy publicaron al Comandante Andrés Lajous y su argumento sobre defender al voto de la ciudadanía anulando la boleta me parece de lo más sensato que he escuchaod en días, semanas... meses!!!
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Un acto contra el cinismo y la indiferencia
Andrés Lajous
El Universal
México, DF
Viernes 17 de abril de 2009

Tachar la boleta es una forma legítima de decir que estás de acuerdo con la democracia pero no con ninguna de las opciones políticas que se te presentan

El voto en México necesita ser defendido frente a dos adversarios que son difusos y cada vez más fuertes. Entre más se fortalece uno de ellos, con más fuerza repercute en el segundo. Funcionan como un ciclo combinado que corroe quizá irreversiblemente nuestra democracia electoral. Estos enemigos no tienen una sola cabeza. A veces se corta una, pero es sustituida por las demás. Sobreviven a lo largo del tiempo entre más los ignoramos, obviamos su existencia o provocan la abstención. El primer paso para enfrentarlos es poniéndoles el nombre de la actitud que los llama a existir: el cinismo y la indiferencia.

Los malos políticos en México viven de nuestro propio cinismo. De nuestra renuncia a tratar de describir un país diferente. Cada que pedimos a alguien que no sea ingenuo, que no sueñe, que acepte la realidad tal y como la definen quienes hoy gobiernan, le estamos pidiendo que no le exija nada a quienes nos representan frente a las instituciones. Le estamos pidiendo que no los empujen a representarnos mejor. Cuando aceptamos en la frustración que “así es la política”, garantizamos que la política siga siendo como es. Cumplimos nuestra propia profecía.

Es de esta profecía que viven hoy los malos políticos. Con ella los invitamos a seguir haciendo lo que hacen: no ofrecernos algo que podamos considerar bueno, y nos incitan a conformarnos con el menos peor. Felipe Calderón lo confirma al decir “lo posible es enemigo de lo mejor”, pero evita decirnos que lo posible hoy son este gobierno, estos partidos con estos políticos. Su diagnóstico no falla, están muy lejos de ser lo mejor. Podemos votar por el menos peor, una o dos veces, pero para la tercera votar pierde todo sentido. ¿Para qué tomarnos el tiempo de votar, si ni siquiera podemos votar por algo que creamos que sea mejor?

Aun así los malos políticos saben que para ganar elecciones necesitan que los pocos que siguen votando voten más por ellos. Ahora están metidos en su propio problema. Su cinismo, con el que renuncian a competir imaginando y proponiendo lo que consideran mejor, les deja como única estrategia de movilización infundir el miedo entre la ciudadanía. Por un lado, el gobierno del PAN, en medio de una guerra entre crimen, policía y Ejército, sin recato le transfiere el nombre del enemigo público al PRI al declararlo en su publicidad “narco”. Por el otro lado, el PRI desde la toma de posesión de Calderón nos amenazaba con tener en las manos la estabilidad (o inestabilidad) del país. Ahora, meses antes de la elección aprovecha para reafirmar su amenaza: “La estabilidad está en juego”. Nada más.

Aun con el miedo como motor electoral, muchos ciudadanos no verán razón para votar. Los malos políticos les dicen “vota por el menos peor”, “vota por el que te dé menos miedo”. Esas no son buenas razones para votar, sino para quedarse en casa, protegerse, aislarse de la sociedad, no volver a abrir la boca y ser indiferentes frente a lo que suceda fuera de nuestra seguridad individual. Así parecen expresarlo los spots del PRD: “Ustedes quédense en casa, sean indiferentes, nosotros desde nuestro centro de análisis (vestidos de negro) podemos tomar todas las decisiones”.

De la indiferencia también viven los malos políticos pero, aún más grave, con ella se gesta el autoritarismo. Cuando las personas se dejan de presentar a votar porque sólo pueden votar por lo menos peor, cuando prefieren quedarse en casa porque creen que su voto no vale o tienen demasiado miedo para salir, ya no hay manera de castigar a los políticos por hacer la política que hacen. Las democracias electorales viven de quienes votan y de quienes cuentan los votos. Si no cumplimos una de esas dos condiciones es difícil que el sistema electoral sobreviva. Los políticos que pueden gobernar sin votos suelen ser malos gobernantes. El autoritarismo ya no tiene la excusa de ser buen gobierno.

La democracia electoral en México no depende sólo de los partidos, pese a lo que sus dirigentes digan, sino de los miles de voluntarios que contarán los votos, y de los otros miles que van a los consejos distritales del IFE a verificar los padrones. También depende de las personas que se levantan ese día y deciden expresarse a través del voto. No hay duda: si ese día no hay votos por contar y votos contados, no hay democracia, aunque haya partidos.

La elecciones no sólo son un sistema de elección de gobernantes, sino uno de información. Permiten saber qué preferencias, preocupaciones y objetivos tiene la sociedad. Cuando unos votan por las izquierdas y otros por las derechas, tenemos una idea de cuántas personas quieren cierto tipo de gobierno con ciertas prioridades. Pero si las opciones no satisfacen a nadie y sólo se vota por el menos peor, entonces no tenemos la fotografía que la sociedad necesita para conocerse, entenderse y tomar decisiones de manera informada. Por eso hay pocas cosas tan graves para una democracia electoral como la abstención. La sociedad y sus gobiernos se quedan sin saber qué piensan los que no votan.

El cinismo provoca la indiferencia y la indiferencia la abstención. Ese es el ciclo del cual se alimentan buena parte de nuestros políticos. La única manera de reventar el ciclo es votando por lo que sí queramos votar. No tenemos por qué aceptar la regla del cinismo y expresarnos por el menos peor, por qué dejar que nos quiten la capacidad para expresar que queremos algo mejor que lo que hay. Votar no es un favor ni un deber; es un llamado que nos hacen nuestras mejores convicciones para actuar y expresarnos. Si este año esas convicciones son que ningún partido que hoy compite las representa, entonces anular el voto es el acto que así lo expresa.

El llamado al voto nulo no debe asustar a nadie. Es un paso para reconocer que buena parte de los problemas del país se debe a cómo nos representan quienes se supone que lo hacen. Incluso es motivo de celebración para quienes creemos en las instituciones electorales de nuestra democracia. El llamado representa el interés de ciudadanas y ciudadanos por comunicarse con el resto a través del voto, aunque no se sientan representados por ningún partido. No hay mejor forma de mandar el mensaje: “Creo en la democracia y en las elecciones, pero no creo en ninguno de los que hoy quieren ser nuestros representantes”. Si quienes quieren protestar no lo pueden hacer a través del voto, dejarán de votar. Cuando nadie vota ahí sí es cuando tenemos que preocuparnos, ahí es cuando la semilla del autoritarismo deja de ser semilla y se convierte en raíz.

andres.lajous@gmail.com

http://andreslajous.blogs.com

miércoles, 15 de abril de 2009

Playing for change



Este video fue creado por un grupo de chavos que se dedicó a buscar músicos callejeros en varias partes del mundo, después crearon una asociación llamada Playing for Change. Ya han producido más canciones y los recursos que recaban los donan para causas como campañas para la prevención del VIH en África.

El “no voto”: ¿esfuerzo inútil?

Texto de José A. Crespo publicado en Horizonte Político de Excélsior:

En el número de abril de la revista Nexos se hace una reflexión plural sobre si conviene votar o no en las actuales circunstancias. Una de esas reflexiones la hace José Woldenberg (Gesto inútil), a quien mucho aprecio y respeto. En lo que hace a la discusión sobre las razones de votar o no votar en estas elecciones o, más aún, como él mismo lo pone, si tiene sentido abstenerse, mi postura es que, a partir del comportamiento de todos los partidos en los últimos años, se puede concluir que no hay diferencia sustancial entre ellos. Y que los ciudadanos que así lo sientan (no sabemos cuántos son) pueden expresar ese rechazo y ejercer una presión sobre los partidos anulando el voto (aunque muchos, al parecer, no quieren ni siquiera concurrir a la urna). La postura de Woldenberg es que esa estrategia no tiene mayor sentido. Recuerda el ex presidente del IFE que en los últimos años pasamos “de un partido hegemónico a otro pluripartidista“, y de una política “monocolor a otra donde el pluralismo se reproduce en las instituciones de Estado”. Es cierto, pero algunos pensamos que los partidos se repartieron el poder que antes detentaba el PRI, sin compartirlo a su vez con sus respectivos representados, para lo cual no se les ven muchas ganas (ahí está todavía esperando, por ejemplo, la reelección consecutiva de legisladores y munícipes, como mecanismo esencial de la democracia representativa).


Afirma también Woldenberg que “la abstención tiene sentido cuando alguna fuerza política fundamental en un país es excluida de la contienda”, lo cual quedó superado ya. Cierto, pero ahora la exclusión se hace con los presuntos representados de los partidos o al menos muchos así lo sentimos. Por lo cual, la pregunta sería si el “no voto” de esos ciudadanos que no nos sentimos debidamente representados ni partícipes de las decisiones (así sea indirectamente), más allá del voto, puede contribuir estratégicamente a superar en medida importante dicha marginación. Woldenberg recuerda que el voto nos llevó a un mayor pluralismo político. Cierto, pero, paradójicamente, en las actuales circunstancias, el voto podría fortalecer el arreglo partidocrático y oligárquico que muchos percibimos y del cual nos quejamos. En cambio, el “no voto”, si es suficientemente amplio, podría llamar la atención partidocrática para que se dé el siguiente paso a la apertura y la inclusión política, en este caso, no de la oposición, sino justamente de los ciudadanos.

Finalmente, Woldenberg advierte que un fuerte abstencionismo, más que ser un instrumento adecuado para avanzar en la democratización (en la relación entre partidos y ciudadanos), puede provocar un retroceso, echar abajo lo que hemos logrado en muchos años: “¿Queremos desfondar lo poco o mucho que hemos construido hasta ahora?”. Ante esa advertencia, que es perfectamente atendible, haría yo dos apuntes: a) Es cierto que un abstencionismo total, por definición, provocaría un colapso de la democracia en vigor. Simplemente no podría instalarse la Cámara baja y se crearía una crisis política y constitucional. No es eso lo que se busca (aunque no podría asegurar que algunos no pretendan eso). El cálculo es que hay un buen número de ciudadanos que sí tienen una preferencia partidista o están dispuestos todavía a votar por el “mal menor” (las encuestas calculan entre 30 y 40 %), por lo cual, aun con una elevada abstención, no habría colapso. b) Me parece menos riesgoso institucionalmente, en lugar de abstenerse, presentarse a la urna y anular el voto, con el fin de reproducir en lo posible lo que en muchas democracias se conoce como “voto en blanco”, para lo cual existe ahí un recuadro específico en la boleta. Se estaría emitiendo un “voto de castigo” a todos los partidos, sin rechazar de plano a todas las instituciones. Es cierto que, de alcanzar la anulación y la abstención juntas, igualmente ciento por ciento, la temida crisis ocurriría (como lo pinta José Saramago en su Ensayo sobre la lucidez). Pero el cálculo es, como se dijo, que muchos ciudadanos votarán por algún partido, para evitar así el colapso. Si la abstención, junto con el voto nulo, son excepcionales, pero no totales, no habrá colapso, mas los partidos recibirán el mensaje del amplio malestar (en el lenguaje que sólo parecen entender) y, quizá, actúen en consecuencia (haciendo reformas que permitan compartir en medida suficiente su poder con los ciudadanos, reduciendo también sus insultantes privilegios, llamando a cuentas a sus infractores, etcétera). No se trata tampoco de prescindir de los partidos (“que se vayan todos”), sino de mejorar la representación. En todo caso, la probabilidad de que eso ocurra es mayor con un amplio “no voto” que con una abundante votación, que no generaría en sí misma ningún incentivo para la corrección o la reforma. Probablemente al contrario, sería un elemento de inercia, al considerarse como apoyo y aval a su camino y comportamiento actuales. Infortunadamente, los cambios (al menos en México) suelen darse, no antes, sino en medio o después de una crisis (y a veces ni así), que en este caso sería una de representación política.

Muestrario. Una encuesta telefónica publicada la semana pasada por Reforma (4/IV/09), reporta que, a propósito de la campaña negativa del PAN contra el PRI, 29% le cree al primero y 40% al segundo. De lo cual podría inferirse que dicha campaña no afectaría al PRI, lo cual se podrá aclarar en futuras encuestas. El sondeo sugiere también que sólo 12% considera interesantes las campañas, 46% no les presta atención y 37% ya se está hartando de ellas. Igualmente, 62% percibe más ataques que propuestas en la publicidad política. Y 56% considera que el proceso no está siendo democrático, frente a 32% que sí lo ve como tal.

Algunos pensamos que los partidos se repartieron el poder que antes detentaba el PRI, sin compartirlo a su vez con sus respectivos representados

martes, 14 de abril de 2009

Más que quieren hacer valer su voto

Este texto lo encontre publicado en un boletín que tiene origen en Monterrey. Lo dicho, algo está sucediendo...


A VOTAR
POR LA ENORME EQUIS (X)
EL CIUDADANO PENSANTE I

¿Cómo te cayeron los dedazos de candidatos del PAN y del PRI aquí en NL?
¿No te gustó que atropellaran la democracia?
¿No te gustó ningún candidato?

A ese coraje, tristeza y decepción, dale buen uso. ¡Protesta con tu voto!

Si no te gusta ningún candidato, si estás harto de que las posiciones políticas las intercambien como barajitas, ve y NULIFICA con una ENORME X toda la boleta el día de la elección.

Con eso pierden votos. Y acuérdate que si pierden votos, bajan sus porcentajes y por ende las partidas de dinero que reciben mensualmente y cuando hay elecciones. Lo dice clarito la Ley Estatal Electoral.

¡Ah! Y también si bajan sus porcentajes de votos recibidos les bajas la cantidad de tiempo al aire en radio y TV. ¡Para que hagan más berrinche los partidos, los candidatos y las televisoras como Televisa y TV Azteca, que se pasan de listas interrumpiendo el futbol!

Si esta elección está de dedazo y arregladita, vayamos a pegarles donde les duele: ¡en el dinero! Vamos a bajarles sus prerrogativas y la lana que reciben.

Chécate. El PAN recibe 13 millones de pesos para gastos corrientes y 13 millones de pesos de campaña. Suma el resto de los partidos...

Como ciudadanos hartos y cansados de que nos vean como monitos pintados en la pared a quienes les mienten, exprimen, usan y desechan, nos toca a nosotros ser MÁS inteligentes que ellos y pegarles donde les duele: ¡en la lana!

Ve y vota. ¡Y protesta con tu voto!

Y ya saliendo de la caseta puedes decir mentalmente: lero, lero... $%&#") todos los pin... partidos, candidatos y televisoras que me quieren ver la cara.

No te vayas con la finta de los emails cadena que dicen tienes que votar por el partido o candidato XYZ, porque si no tu voto se desperdicia. ¡Ni maiz!
Si no te gustó ningún candidato o la manera en que los "dedearon", vamos a pegarles donde duele: ¡el dinero! Ese dinero que nos exprimen y que nos cuesta tanto ganar.

A ver si así maduran los partidos y televisoras y nos dejan de ver a los ciudadanos como pen-itentes.

Para saber más: Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ver artículo 41 que te resume lo que dice la Cofipe, etc. Cofipe, o sea: Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (aquí encuentras la distribución de tiempos para comerciales de radio y TV).
CEE, Comisión Estatal Electoral de Nuevo León: http://www.cee-nl.org.mx/
Ley Electoral del Estado de Nuevo León (busca las palabras clave: financiamiento, partidas, prerrogativas):
http://www.cee-nl.org.mx/legislacion/documentos/leyes/leyElectoral.pdf

Responsable de la publicación: Guillermo Martínez Verlang

viernes, 3 de abril de 2009

La lucidez: el mejor remedio para la abstención

Una pregunta invadió mi mente esta semana: ¿Qué pasará cuando llegue el 5 de julio y yo no esté convencido de votar por alguna de las propuestas políticas actuales?, tal como ahora. Como Saramago desarrolla en su ensayo sobre la lucidez, se trata de un momento en el que la población debe ser consciente de lo que va a elegir y tal como en su texto, el voto blanco se vuelve una de las opciones.

Aclaro que no estoy haciendo un llamado, cada quien hace su propia reflexión, no quiero que luego me acusen de tirarle el sistema de partidos o a la incipiente democracia que tanto esfuerzo, pero sobre tanto todo dinero del erario nos ha costado. Esto lo digo porque me doy cuenta que se trata de una idea que anda flotando por ahí y que comienza a tomar cada vez más fuerza entre quienes no se sienten representados por ninguna de las instituciones políticas.

Alrededor del 28% de la población no se siente motivada a votar por las opciones conocidas y en realidad no les importa porque piensan que gane quien gane será igual de malo que los actuales políticos. En estos momentos aún no es una cifra tan alta comparada con otros años electorales, sin embargo, me queda claro que la ciudadanía se ha hecho cada vez más conciente de la fuerza de su voto y el sentido que le puede imprimir a éste, no olvidemos que con todos los beneficios que puedan tener los partidos, la falta de legitimidad puede hacer tambalear a cualquiera.

Aún no empieza la campaña formal y las descalificaciones ya están a todo, la aprobación de leyes en las cámaras ya es de nueva cuenta móvil de represalias partidistas. Por lo menos la estrategia le ha funcionado a Germán Martínez que logró bajarle a las preferencias electorales por el PRI, aun cuando esto no le redundo a su partido de forma sustancial.

Me da escalofrío nomás de pensar lo que será la siguiente legislatura, por un lado veremos el mismo atole hecho nata que representan figuras como Beatriz Paredes, Acosta Naranjo o Ramírez Acuña y por el otro, el arribo de los juniors que me puede espeluznar aún más con personajes como el hijo de Madrazo, la sobrina de Ruiz Massieu, la hija de Salinas Pliego y el hijo de Alfredo del Mazo por mencionar solo algunos.

Mi mayor temor por contradictorio que parezca lo representa la generación venidera. Alrededor de 4.5 millones de jóvenes emitirán su voto por primera vez. A estos jóvenes ya no les tocó vivir la alternancia, el voto consciente en su mayor expresión como el de Gilberto Rincón, los mejores años del IFE, mucho menos los momentos cumbre de expresiones como el EZLN. En cambio han sido testigos de una izquierda desdibujada y dividida, un partido en el poder limitado en su accionar y una bisagra representada por el PRI que el año pasado gano todo, lo que se refleja en los últimos sondeos colocándolos como la mejor opciones para la nueva generación. ¡Eso sí me da mello!

Yo no comparto la idea de conformarnos y votar por el menos peor de los candidatos, de apoyar al más guapo o al más carismático. Y si somos verdaderos críticos de nuestra ideología, mucho menos votar por autocomplacencia para que la izquierda no decaiga más de lo que ya está.

A final de cuentas ¿de qué otra forma puede la ciudadanía manifestar que no está convencida con las opciones que tiene? pero sobre todo, ¿cómo puede un ciudadano cualquiera manifestarse y ser escuchado para decir que las cosas no se están haciendo bien?, más en un país donde ni siquiera son posibles ni las candidaturas ciudadanas.
Desde mi punto de vista, si las cosas no cambian, el descontento hallará dos salidas: abstencionismo o el lúcido voto blanco.